Entrevistamos por email a Giacomo Bruno, fotógrafo y cineasta italiano, para abundar sobre su más reciente documental corto I Cavalieri del Grande Fiume (2017).
Al final del texto de la entrevista se encuentra la ventana para ver el documental en su totalidad.
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Marta Palmieri (docuCaribe): ¿Qué empujó un viajero como tú a hacer un documental sobre una esquina olvidada de la llanura Padana?
Giacomo Bruno: El viajero es alguien que siempre necesita estar buscando algo nuevo, una historia interesante, inusual y honesta para contarle a sus seguidores. Ya sea a través de fotografías, documentales o relatos escritos. Cuando algo interesante se manifiesta frente a tus ojos, da igual si te encuentras a unos cuantos pasos de tu casa o por el otro lado del mundo.
Alguien dijo: «el patio de tu casa es el otro lado del mundo para miles de otras personas». Encuentro estas palabras muy exactas.
Un día recibí una llamada de una amistad cercana que iba a pedirme unos consejos sobre la posibilidad de realizar un documental para su clase en la Universidad de Parma. Precisamente, era para un curso de geografía cultural donde se estudia la interacción del ser humano con su entorno y ambiente.
No hay caso más ejemplar y cercano a este tema que el río Po, que solamente queda a unos 30 km de nuestra ciudad, Reggio Emilia. Un río que todos los habitantes quieren de manera visceral, que se vive día a día como una presencia que incluso llega a encarnar una entidad física. Es un hecho que muchas personas se refieren al río como a un ser, entre humano y divino, con poderes grandes hacia el bien que puede brindar a los cultivos con su fertilidad. Pero, al mismo tiempo también sugiere la gran desgracia que inevitablemente se causa al momento de los aluviones, o de las carencias por la falta total de agua en las temporadas de verano. Un río que ha sido el centro de las vidas de docenas de generaciones que nacieron y se criaron en esa zona.
A partir de estos rasgos, la propuesta y la decisión fue utilizar el Po como protagonista de esta investigación, donde se quería explorar y poner una mirada a los fenómenos que reglan la convivencia de la población y su área geográfica.
Este proyecto me llamó inmediatamente la atención y decidí hacerme cargo de la dirección y de la producción de lo que ya tenía en la mente como un documental.
No teníamos planes, solo sabíamos que la mejor manera de describir cualquier lugar es visitarlo y escuchar vorazmente todo lo que sus habitantes pueden contar. Y así, en total improvisación, se hizo.
Marta: El título que escogiste para el documental es uno muy sugestivo. ¿Cómo nace? ¿Cuál es tu relación con el espacio documentado?
Giacomo: El río Po con sus 652 km resulta ser el más grande en nuestra península, razón por la cual se le conoce en todas partes como el Grande Fiume (el río grande). I Cavalieri del grande Fiume (los caballeros del río grande) aparece impreso en el cartel colgado en la casa-buque del primer entrevistado. Me pareció muy sugestivo e interesante. Pregunté más al dueño sobre ese cartel porque ya me parecía perfecto como título para el documental y la explicación que recibí me convenció que definitivamente iba a ser ese el titulo final.
Nunca utilizado antes, I Cavalieri del Grande Fiume, fue inventado y utilizado por primera y única vez por Angelo Bottazzi como el título de una fiesta que organizó en el pueblo para conmemorar a su abuelo Giuseppe; citado también en la entrevista:
“Los que tenemos la dicha de haber tenido este río como compañero en las buenas y en las malas, nos gusta considerarnos y apelarnos caballeros. Y entre los caballeros hay uno en particular que considero tal, y ese es mi abuelo Giuseppe.”
Lo que no todos saben es que Giovannino Guareschi, un famoso y exitoso escritor italiano, unos años después de la segunda guerra mundial escribió la novela Don Camillo, que cuenta la vida de un pequeño pueblo alrededor del río Po, donde protagonizan el cura Don Camillo y el alcalde comunista Giuseppe Bottazzi , apodado Peppone . Los dos siempre discutían sobre el bienestar de la población en una constante lucha casi cómica por sus divergencias ideológicas y políticas , pero al final siempre lograron encontrar una solución con mutua admiración.

El personaje Giuseppe Bottazzi no coincide casualmente con el abuelo del entrevistado Angelo. Realmente su abuelo fue inspirador del personaje creado por Guareschi, que personalmente fue a pedirle el permiso de utilizar su nombre y apellido como contado en el documental. Hasta en la película que se grabó en 1952, dirigida por el francés Julien Duvivier, quedó el nombre del alcalde en Giuseppe Bottazzi, Peppone.
Pues, mi relación con el espacio documentado resultó ser una atracción magnética, una total fascinación por los rasgos de un lugar tan único como el que descubrí metiéndome hasta el cuello en su tierra mojada y entre sus personajes. De niño recuerdo haber paseado algunas veces junto a mis padres en los senderos que abundan a lo largo de todo el río y recuerdo su magnitud, el asombro y el temor provocado por lo que me parecía un elemento aterrorizante, frente al cual uno no podía hacer nada. Pero no puedo realmente afirmar de haber tenido algún tipo de relación adicional antes de este proyecto. Ya después de estas grabaciones se hizo más fuerte la relación, sobre todo por las personas que he encontrado, por la sencillez, la humildad y la humanidad que acomuna los que en la vida han tenido que enfrentar una condición común por la cual sufrir o por la cual alegrarse.
Los humanos siempre son los que vale la pena conocer.
Marta: Puede parecer una pregunta obvia, pero hay varias maneras de expresarse a través del cine. La cuestión del género y la forma es siempre una decisión, por tanto, ¿por qué escogieron la expresión documental para narrar las memorias de I Cavalieri di Grandi Fiume?
Giacomo: El documental es por cierto el medio que más permite conocer y sobre todo escuchar las personas que uno encuentra en el proceso. En cuanto fotógrafo y perteneciente al mundo audiovisual, fue instintivo considerar como mejor opción la del documental.
A través de las entrevistas grabadas con cámaras, se permite al personaje contar en primera persona y sin mediación sus relatos y sus experiencias, que en fin son lo que únicamente nos interesa. También me encanta escribir, pero siempre esto lo supongo como una reelaboración filtrada inevitablemente por quien escribe, y cuan objetivo que sea el periodista o el escritor, la forma más honesta siempre me parece la que deja que el interesado cuente su propia historia en voz alta. En cuanto a razones prácticas, fue también la única opción posible.
Este documental se hizo improvisando totalmente, sin conocer a nadie, sin ningún apoyo y fue grabado en un solo día. Resultó también ser una forma interesante, como si fuera un formato: 12 horas para conocer un lugar. Podría haber regresado para agregar más personas, pero me pareció que lo que había encontrado con muchísima suerte ya era una ventana suficientemente interesante sobre el mundo que quería contar.
Marta: ¿Qué piensas sobre la relación entre documental, cine y realidad? ¿Ha cambiado desde, o en base de, el proceso de realización de este proyecto?
Giacomo: El documental tiene una relación muy estrecha con la realidad. El oficio del documentalista, como el del periodista que en este caso resulta muy parecido, es el de ponerse a escuchar y dejar que los entrevistados se sientan cómodos en dejar fluir palabras y anécdotas sobre sus vidas. Las interacciones con los entrevistados se limitan a manejar las preguntas y el interés hasta llegar a sacar lo que realmente sirve a la narración. El proceso de edición también es fundamental para que la realidad no sea alterada. Es necesario e inevitable cortar y borrar las partes que no aportan nada, pero hay que hacerlo con respeto y sin en ningún modo tergiversar la realidad.
Marta: ¿Cómo escogiste las personas que entrevistaste? ¿Por qué son todos mayores y hombres? ¿Consideraste entrevistar a mujeres o niños?
Giacomo: Realmente casi no escogí. Encontramos Angelo paseando por la orilla del río buscando algunas tomas interesantes y él muy espontáneamente. Quiso invitarnos y enseñarnos orgullosamente su barco. Fue emocionante descubrir cuantas ganas tenia de contar su íntima relación con el río y compartir el amor que llevaba adentro. Lo mismo pasó con los otros entrevistados. Boretto es una ciudad apacible y apartada, especialmente durante el invierno. Uno pasea por sus calles y casi no sucede nada. Alguien caminando con un perro, escondido bajo una gorra y bufandas larguísimas. A pocos pasos ya desaparece tras una cortina de niebla helada que no permite demorarse tanto en regresar al hogar. Mucho más cuando grabamos, en Diciembre; cuando la noche y el frío cae muy temprano. Así que en la calle casi es imposible encontrar a alguien. Pero sí hay lugares que siempre brotan de mucha gente: los bares. Los bares son el centro del cotidiano de muchas personas, casi siempre mayores y casi nunca mujeres. Esta es la razón principal por la cual no aparecen niños ni mujeres, y por el hecho de que no teníamos nada planeado o citas con personas conocidas.

Marta: Los entrevistados hablan sobre la felicidad como fruto del duro trabajo y del sacrificio. Los recuerdos bonitos son relacionados a la fatiga y a una relación de continua lucha con la vida. Cómo dice uno de ellos, “los jóvenes hoy tienen todo”. ¿Cómo piensas que ha cambiado en el tiempo la retórica acerca de la felicidad?
Giacomo: Creo que la felicidad siempre surge de lo que se ha cumplido en la vida a través de sacrificios, luchas y fracasos. En un entorno protagonizado por un río con tanto poder de destruir y, al mismo tiempo, de dar todos los sustentos necesarios para vivir, se genera inevitablemente una razón de vida en todos sus aspectos. Ya los tiempos han cambiado. Los jóvenes buscan sus dimensiones lejos por el hecho de tener posibilidades diferentes comparadas a esos tiempos donde no se había esta oportunidad. No hay nada definitivo en este mundo; todo cambia. Es la dialéctica de la vida. Es una actitud típica de los mayores, la de idealizar el pasado como los tiempos más felices, y está relacionado con el recuerdo y la nostalgia de la época en que ellos fueron jóvenes felices a pesar de las dificultades, pero no es una verdad en absoluto. Es una visión muy romántica.
En un mundo en el cual todo sigue cambiando, simplemente hay que aceptar la evolución y buscar tu propia manera de ser feliz. No queda de otra.
Marta: Algo que me sorprendió es la relación hacia el medioambiente. ¿Cómo es posible que un respeto tan grande como lo que expresan los entrevistados pueda haberse completamente destruido por la generación sucesiva?
Giacomo: Cada día somos tristemente testigos de este fenómeno por todas partes. Eso vale por los océanos, las selvas, los bosques, las montañas y los ríos de todo el mundo. La explotación del territorio nunca tiene cuenta de lo que se va perdiendo de nuestro planeta porque hay intereses económicos más grandes que regulan los países. Ojalá pudiera contestar esta pregunta y tener una solución al problema. Educar y criar las nuevas generaciones con más respeto y valores seguramente será la clave para un futuro de esperanza.
Marta: Según las palabras del exalcalde que aparece al final, la búsqueda de la perfección que nuestros tiempos exige es motivo de inmovilidad. ¿Estás de acuerdo? ¿Cómo se trabaja la afinidad entre documentalista y el espacio que éste documenta? (O sea si tu opinión como ser humano es igual a la de la persona que entrevistas, si de alguna manera cambió tu propia visión del mundo gracias a lo que escuchaste filmando a estos señores)
Giacomo: Encuentro las palabras citadas muy exactas, la perfección debe en todos casos ser el modelo al que todos tienen que anhelar. Pero los grandes pasos siempre se hacen por grados. Creo que eso vale tanto en la política como en el arte, aunque las dos cosas en mi visión nunca coinciden. Los intentos y los fracasos siempre son necesarios para poder mantener una visión crítica, finalizada a mejorar las cosas. El documental siempre es la ocasión para escuchar otras opiniones, considerarlas cuando uno esté de acuerdo o y cuando no. Porque también investigar las ideas es el camino para una opinión más concreta y honesta.
Marta: ¿Cómo entiendes que este documental en particular se relaciona con los otros trabajos que has hecho antes y los que planificas hacer en el futuro?
Giacomo: La fotografía y el documental son los medios que más oportunidades dan para poder conocer y compartir con el mundo unas historias. Esta es la línea de conjunción que acumulan mis trabajos. Mi ambición es la de seguir en este camino de narración.
Marta: Por último, nos parece curioso que aun cuando lo narrado puede considerarse como una experiencia muy italiana, e incluso muy provincial dentro del mismo país, I Cavalieri di Grande Fiume se encuentra en el internet ya con los subtítulos en inglés hechos. ¿Desde la filmación tenían en mente la posibilidad de una audiencia extranjera? ¿Tienes algunas palabras para los que lo verán ahora en la Revista docuCaribe?
Giacomo: Como acabo de decir en una de las preguntas antecedentes, hay fenómenos que tienen similitudes y que son temas actuales y que podrían estar pasando iguales en cualquier otra parte del mundo, así que dar la oportunidad a diferentes personas, por medio del internet, de conocer una realidad olvidada pero al mismo tiempo cercana por circunstancias a muchas otras, me pareció una posibilidad que valía la pena aprovechar.
Unas gracias especiales a los que serán espectadores en docuCaribe.
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