Entrevista a Luis Iborra Miralles (mantenedor de Naranjas de Hiroshima)

Mucho se habla sobre el rol negativo de la piratería, argumentando que el acto le quita dinero a los artistas, o que es inmoral y sólo abona al estancamiento de la cultura cinematográfica. Sin embargo, si no fuera por ese tipo de distribución extra-legal jamás hubiese tenido la oportunidad de exponerme a otros cines, de conocer sobre la cultura de países que, a base de nuestra complicada situación colonial, se encuentran totalmente desconectados de Puerto Rico.

Una vez el Internet se masificó, por lo menos en el contexto de nuestro hemisferio, han surgido varios enclaves que nos permiten acceder a ese cine oculto. Uno de los más rigurosos es Naranjas de Hiroshima, que desde el 2007 ha agrupado una de las colecciones más valiosas de cine-documental actualmente disponibles por la web; la cual incluye tanto películas de todas las épocas, como textos teóricos sobre el medio.

Aquí les compartimos la entrevista que hicimos con su fundador, Luis Iborra Miralles, donde nos habla sobre su visión del cine-documental, las maneras que él ha utilizado la web y la película que actualmente está desarrollando: El abordaje de las ideas.


docuCaribe: Antes de comenzar con el proyecto Naranjas de Hiroshima, ¿qué concepción tenías del cine-documental? ¿Recuerdas algún documental en particular que te hizo pensar en el medio como medio?

Luis: Pues yo siempre he sido cinéfilo, he disfrutado viendo cine desde pequeño, pero en la España que crecí el único acceso al documental era a través de la televisión pública; sobre todo documentales de naturaleza e históricos. Y alguna cosa extraña en las madrugadas.

No recuerdo en que momento vi por primera vez Forgotten Silver (1995) de Peter Jackson, que además en España lo emitieron como “La verdadera historia del cine”. Yo me lo creí entero. Después intenté convencer a todos mis compañeros de instituto de que la historia del cine que nos habían contado era falsa. Hasta años después no supe que era un falso documental.

El primer documental que vi en el cine fue Bowling for Columbine (2002) de Michael Moore y a partir de ese ya empezó a tener mejor difusión el cine documental y fui viendo mas cosas que sí tuvieron estreno en salas o en televisión; además de lo que podías ver en la Filmoteca Nacional. Pero no fue hasta que estuvé en un taller con Patricio Guzmán, que nos hizo un resumen de la historia del cine documental a través de clips de varios documentales, que no empecé a entender lo extensas que eran las posibilidades creativas del cine documental.

Fue precisamente buscando en Internet ese listado, el del taller de Patricio Guzmán como empecé con Naranjas de Hiroshima. De aquellos primeros tiempos recuerdo documentales como Le pays des sourds (1992) de Nicolas Philibert, Numax Presenta (1979) de Joaquim Jordá, Los espigadores y la espigadora (2000) de Agnès Varda, Morir En Madrid (1962) de Frédéric Rossif, Grands Soirs et petits matins (1968) de William Klein, El Fascismo Ordinario (1965) de Mikhail Romm o Queridísimos Verdugos (1973) de Basilio Martín Patino.

Sin duda, lo que me hizo ver el documental de forma diferente, como una poderosa arma comunicativa, capaz de ser potente, entretenida, educativa y hasta poética, fueron los clásicos, cuando ves cosas como Entuziazm: Simfoniya Donbassa (1931) de Dziga Vertov o Coffea Arábiga (1968) de Nicolás Guillén Landrián te cambia radicalmente la perspectiva de que es el Cine Documental, si este tipo de clásicos estuvieran al alcance de todo el mundo seguramente cambiaría la forma de ver y entender este tipo de cine. Al menos, esa fue mi excusa para adentrarme al cine documental.

docuCaribe: ¿Ha cambiado de alguna forma esa concepción en los 7 años que llevas con la página?

Luis: Pues en cierta medida no, aunque el panorama en cuanto a la difusión, extensión y acceso al documental sí ha cambiado radicalmente. Ahora hay mucha más cultura en torno al documental, hay muchísimos festivales, muestras, cine clubs, además de infinidad de maneras de ver documental ya sea de forma gratuita o de pago, de forma legal, alegal o ilegal. También se produce mucho más cine documental, hay foros de producción, ayudas, fondos. Así como nuevas formas narrativas, nuevas herramientas y se han abaratado los costes en cuanto a equipos de una forma radical.

En cuanto a mi concepción de ver el documental, no ha cambiado mucho. Igual ahora ya no veo tanto, pero sí he visto muchísimo cine documental en estos años, tanto nuevas producciones, estrenos o cosas más underground que me llegaban de cualquier forma. Como he seguido descubriendo clásicos, más o menos viejos, a día de hoy siento que en el documental tienes más posibilidades narrativas que la ficción, que la siento algo estancada; en términos muy generales.

Además algo como la cultura libre y las licencias abiertas Creative Commons han tenido mejor acogida dentro del cine documental, porque a pesar de todo, los festivales de cine documental se mueven en unas lógicas a veces bastantes restrictivas si produces fuera de la industria. Este tipo de difusión abierta esta dándole no solo una mejor distribución al cine documental independiente, sino que abre nuevas posibilidades creativas.

Pero para mi lo único que prácticamente no ha cambiado es la consideración hacia los clásicos, todo el patrimonio audiovisual del cine documental sigue siendo el gran olvidado, muy pocas instituciones, en muy pocos países hacen algo no sólo para conservar, sino para difundir y compartir este tipo de obras. Y no sólo los documentales en si, sino información sobre ellos. A veces he encontrado un documental para ver on line y no he conseguido nada de información sobre él, y muchas otras veces sigue siendo al revés. Hoy en día, como hace 7 años, los que mejor siguen haciendo la labor de rescatar obras del olvido, ademas de grandes instituciones, museos y festivales, somos los llamados “Piratas”, ya sea a través de foros, blogs, webs, P2P o en las calles.

docuCaribe: ¿Qué constituye un “buen documental”?

Luis: Bueno, es una respuesta difícil porque para mí es muy subjetivo elegir entre lo que es bueno y es malo, además, a veces, no si sabría definir exactamente que es un documental y que no lo es.

Pero en el fondo, el documental es cine y para mi el cine te tiene que atrapar, pero te puede atrapar a través de muchas formas. Aunque para mi el documental es algo sentimental, te produce sensaciones que la mayoría de las veces la ficción ni se acerca. A veces el documental rompe con ciertas reglas básicas, algunos aunque no me convenzan nada en su estilo y forma, me atrapan con la historia que están contando. Y bueno en estos casos también se agradece el esfuerzo, ya que hay muchas historias que son necesarias ser contadas. Al igual que muchas otras veces la puesta en escena es excesiva para lo que te están contando. Lo ideal, es llegar a un equilibrio entre ambas cosas.

Clown_Ndh_webdocuCaribe: Aunque ahora hay maneras de someter documentales directamente, en un principio tú mismo hiciste el trabajo de selección. ¿Cuáles fueron los primeros documentales que subiste a la página? ¿Cuál era tú criterio para escoger y/o descartar?

Luis: Bueno, me temo ya casi respondí a la primera pregunta en la primera respuesta, pero mi primer criterio era compartir cosas que sentía que otra gente tenía que ver, como cuando escuchas un disco que irremediablemente tienes que compartir con tus amigos, así que las primeras cosas fueron documentales como Now (1965) de Santiago Álvarez, Tishe (2003) de Victor Kossakovsky, Grizzly Man (2005) Werner Herzog, Lost In La Mancha (2002) de Keith Fulton y Louis Pepe, Darwin’s Nightmare (2004) de Hubert Sauper, Surplus: Terrorized Into Being Consumers (2003) de Erik Gandini o Titicut Follies (1967) de Frederick Wiseman, además de los que comenté al principio, entre muchos otros. En cuanto a los descartes siempre fui muy reacio de colocar en Naranjas de Hiroshima reportajes televisivos, no quiero decir que yo no vea reportajes periodísticos o documental divulgativo, pero es algo que no me interesa meter dentro de la colección de Naranjas de Hiroshima.

También he puesto muchas cosas que no me apasionan, que incluso no me gustan, pero que sí creo que hay que verlas. No puedo opinar de algo que no he visto.

Algo que sí ha cambiado exponencialmente en los últimos años han sido los documentales que me han llegado directamente al correo o a las redes sociales, de parte de quien lo dirige o produce. Tanto cosas que no conocía como otras que estaba esperando que salieran de la ronda de festivales para que los liberaran a Internet. Y ahí da gusto ser de los primeros en enterarse.

Hay veces que me llega un documental, por Internet, por la calle, o con el clásico: “Oye y ¿tú no has visto?”, y de ahí surge un torrente de información, recuerdo cuando el año pasado un amigo chileno me habló de Yo he sido, yo soy, yo seré (1974) de Walter Heynowski y Gerhard Scheumann, donde después de entrevistarse con Pinochet consiguen acceder a los campos de concentración donde tenían a los presos políticos y consiguen filmarlo todo, obviamente lo primero que hice buscar toda la información posible y como estaba en Youtube lo publiqué sin verlo, pero me daba la sensación que tenía que ser visto, y no sólo por mi, sino por cuanta más gente mejor. Así que muchas veces publico cosas para obligarme a verlas, leo sobre ellas, las publico y luego las veo, y la mayoría de veces vale la pena.

docuCaribe: Del archivo en Naranjas de Hiroshima, tal cual ahora se compone, ¿cuáles son las tres películas que le recomendarías a un neófito del cine-documental?

Luis: Bueno, esta si es una pregunta difícil, elegir tres en más de cuatrocientos es tarea difícil, porque además yo no soy muy de listas, pero bueno, para neófitos les recomendaría tres clásicos:

Glas (1958) de Bert Haanstra Una obra maestra, como casi todo lo del holandés Haanstra, una pieza hermosa y corta sobre una profesión casi olvidada.

No se admite personal (1968) de Antoni Luchetti, Agustí Corominas Un documento del underground barcelonés en plena dictadura franquista, un documental social que tristemente refleja una realidad que vuelve a ser vigente para los pueblos de España.

Araya (1959) de Margot Benacerraf Más difícil decir algo de Araya que no se haya escrito ya, joya olvidada venezolana, que mezcla a la perfección realidad, historia y poesía audiovisual.

Como extra añadiría The Thin Blue Line (1988) de Errol Morris, que seguro engancha a cualquiera.

Y me gustaría poder añadir Latcho Drom (1993) de Tony Gatlif, que nunca añadí a Naranjas porque siento que hay que verla sí o sí en pantalla grande, tanta belleza no cabe en la pantalla chica.

docuCaribe: Después de funcionar unos años bajo el anonimato, eventualmente hiciste pública tu identidad y hasta diste una conferencia, Difusión Underground, con el Programa Cinescope de Venezuela. ¿Cómo hilvanas ese tipo de presentación cuasi-formal (y presencial), con la visión detrás de Naranjas de Hiroshima como proyecto web?

Luis: Pues durante muchos años me he sentido muy cómodo con el anonimato, en ningún momento comencé el proyecto para conseguir ningún tipo de reconocimiento, sino que siempre fue una herramienta de conocimiento compartido, así que si nadie mas allá de mis amigos/as sabía que era yo quien estaba detrás de Naranjas, pues mejor.

Pero hace un par de años, cuando empecé con el documental El Abordaje de las Ideas, después de las primeras entrevistas a los “piratas” de la Ciudad de México, decidí que ya era hora de dar la cara, no podía seguir adelante con un proyecto en el que exponía a cámara a gente que supuestamente estaba haciendo algo ilícito y con la que tenía total confianza, sin exponerme a mi mismo.

Con lo de Venezuela fue todo gracias a Kaori Flores Yokenura, que creó e impulsó el proyecto de Cinescope, ella fue la que me llamó a participar y la que me pidió que hablara sobre Difusión Underground. La verdad es que fue una experiencia muy interesante, compartir opiniones con creadores, productores y gente de la industria audiovisual iberoamericana fue muy enriquecedor, además de mucha gente nueva, pude conocer en persona a otra con la que tenía relación virtual desde hacía mucho, como Stefan Kaspar del Grupo Chaski y paradójicamente, hacerle una de sus últimas entrevistas. Aunque disfruté mucho y repetiría en algo así si me volvieran a llamar, sigo estando más a gusto en el underground, en cosas chiquitas y en espacios cercanos.

Siempre estoy dispuesto a compartir los conocimientos que la experiencia de Naranjas de Hiroshima me ha dado, aunque luego la gente piense que sé mucho mas de lo que realmente sé, no tengo ningún tipo de estudios formales de cine documental, mas allá de un par de talleres, Naranjas podría considerarse mi tesis inacabada de la carrera que nunca empecé.

Yo me considero un mero bibliotecario virtual, eso sí, para mi biblioteca no necesitas ni carnet, ni devolver las películas a tiempo.

docuCaribe: En mi caso, la piratería ha servido como una herramienta invaluable para encontrar películas que bajo otras circunstancias serían imposibles de ver en Puerto Rico. ¿Cuál ha sido el rol de la piratería en tu gestión? ¿Qué piensas sobre ese término?

Luis: Pues el término pirata o piratería esta muy denostado, aunque todo depende de la interpretación. Yo me quedo con lo que se dice en Wikipedia: «Según algunos autores, la voz pirata viene del latín pirāta, que por su parte procedería del griego πειρατης (peiratés) compuesta por πειρα, -ας (peira), que significa ‘prueba’; a su vez deriva del verbo πειραω (peiraoo), que significa ‘esforzarse’, ‘tratar de’, ‘intentar la fortuna en las aventuras’. «

Porque en parte es lo que hacemos los piratas, lanzarnos a la aventura de buscar y compartir cultura. Aquí en México he descubierto otro nivel de todo esto, porque hay gente que sobrevive gracias a esto, y que comparte cultura mas allá de los pocos beneficios económicos que puede sacarse, ya que vender estrenos siempre es más lucrativo que vender documental o cine de autor.

En si, el 90% del material en Naranjas está bajo copyright, y tendría problemas legales si tuviera algún beneficio económico o si tuviera muchas más visitas. Aunque cada vez tengo más material bajo Creative Commons o en Dominio Público, sigue habiendo grandes problemas de acceso a la cultura.

Creo que lo resume muy bien Guillermo, uno de los piratas culturales del DF y que sale en El Abordaje de las Ideas: “si no fuera por este intercambio que se hace desde abajo nos quedaríamos sin ver miles de películas

Pero todo esto no afecta sólo al cine, o al cine documental, sino a la cultura en general. Si hubiera un acceso más generalizado, más democrático y más libre al arte, a los libros, a los discos, a las películas… Otro gallo nos cantaría. Yo no me siento mal con que me acusen de pirata, pero en el fondo pienso que los piratas son ellos, y con ellos me refiero a las grandes industrias e instituciones de la cultura y el espectáculo.

docuCaribe: En base a lo anterior podríamos elaborar sobre lo que sería tú primer documental, titulado El abordaje de las ideas, que trata sobre la difusión pirata en México. ¿Cuándo y por qué te decidiste por hacerlo?

Luis: Pues en realidad no trata sólo de la piratería, es uno de los temas importantes, y quizá el más atractivo de los que quisiera tratar, pero mi idea ha sido intentar plasmar como, cuanto y porqué se mueve la cultura cinematográfica en la Ciudad de México. Hace casi cuatro años que llegué a esta ciudad y en mi tercer día ya estaba en Tepito, el barrio bravo, donde todo se puede encontrar. Para mi uno de los puntos de difusión cinematográfica más importantes del continente americano, que no es poco.

Y son muy curiosos los contrastes de México, tanto que está entre los cinco países del mundo con mas piratería de contenido audiovisual, como a la vez está entre los cinco países con mayor número de entradas de cine vendidas.

Por un lado México está en uno de sus mejores momentos en cuanto a industria cinematográfica, si se la puede llamar así. Algunas de sus películas ganan premios en los mejores festivales del mundo, otras copan la taquilla, tanto la nacional como alguna extranjera.

Aun así, la producción está cerrada a las instituciones y a algunos monopolios audiovisuales, mientras la exhibición esta prácticamente vinculada a dos grandes empresas que hacen lo que quieren en cuanto a que se estrena; donde y a cuanto. La población general, si tiene la suerte de tener algún cine cerca, tendrá que conformarse con comprar piratería si no cobra bastante más del salario mínimo, que está apenas a unos pesos por encima de lo que vale la entrada de cualquier cine en México; por no hablar de lo que puede costar una copia original en DVD.

Así que mi mayor curiosidad sigue siendo saber como confluyen estos mundos, la industria formal, la informal y todo lo demás, sin que se destruyan la una a la otra, sino todo lo contrario, yo siento que acá una se alimenta de la otra y poco a poco se hacen más fuertes.

Además, a mi no me interesa hablar sólo de cifras y datos, sino que deseo profundizar mas allá, sobre el cine como arte, como industria, como le afecta o como intervienen cada uno de los elementos participantes. Según yo lo veo, todo esto no está haciendo sino otra cosa que aumentar la cultura cinematográfica del pueblo mexicano y eso siempre es positivo.

Sé que todo parte de mi visión subjetiva, lo asumo, y no pretendo que de todo esto salga una película imparcial o meramente informativa, espero que salga algo mucho más interesante, pero bueno, a ver si lo conseguimos.

docuCaribe: ¿En qué etapa de producción se encuentran?

Luis: Pues seguimos a la mitad. Llevo dos años con el proyecto pero este año, en junio, lanzamos un teaser de cuatro minutos y una campaña de Crowdfunding, que fue un fracaso, aunque soy consciente de que no la lanzamos ni el mejor tiempo, ni de la mejor manera. Y que el crowdfunding es una herramienta más, con sus cosas buenas y malas.

Así como es una producción independiente al 100% vamos dependiendo de los tiempos y presupuesto personales. Y todo esto repercute también en los momentos en los que uno ve más claro el camino a seguir y otras veces, se esta más o menos perdido.

Ahora mismo, y después de meses de distanciamiento con el proyecto, estoy reencontrándome con el material y dándole más vueltas. Así es como poco a poco, y como casi siempre, van surgiendo de forma casual nuevos personajes e historias que añadir a todo este cuento.

Lo ideal sería terminarlo y estrenarlo en 2015, al menos con un montaje lineal, que iría a la web y a las calles, porque la otra vía de desarrollo en forma de WebDoc es muy compleja, queremos una parte en la que el espectador pueda hacer su propio “Director´s Cut”, pero conjugar el lenguaje cinematográfico con el de los algoritmos digitales es un proceso complejo, que necesita tiempo, investigación y mucho esfuerzo. Además de algo de presupuesto, como todo lo demás.

docuCaribe: Finalmente, ¿cómo compaginas tu labor de difusor en Naranjas de Hiroshima con tu exploración como artista en El abordaje de las ideas?

Luis: Pues ambos proyectos son 100% independientes, autogestionados y sin ningún tipo remuneración económica, así que va más bien por temporadas, algunas en las que tengo más tiempo y más ganas para dedicar a uno u otro, aunque también se complementan y están ligados. Y los dos me han servido para seguir investigando y compartiendo en cuanto al cine documental, la cultura, el acceso a recursos audiovisuales, etc.

El Abordaje de las Ideas además de estar bajo licencias libres Creative Commons se estrenará en Naranjas de Hiroshima y será la primera producción documental impulsada directamente desde el blog, pero además está el proyecto WebDoc, que es otra de los caminos posibles en los que pretendemos que transcurra el documental, bajo una plataforma diseñada en Software Libre y que después pudiera servir a otros proyectos similares.

Ademas también espero que el documental, en su versión lineal se estrene en una plataforma de vídeo libre e independiente como va a ser Makusi.tv, que es una plataforma que va a ser lanzada en noviembre desde el Estado Español y que pretende albergar la mayor cantidad de recursos audiovisuales libres, sobre todo cine documental de carácter social o político.

Así es que voy compaginando, mientras sigo de freelance en el mundo audiovisual y hay mil proyectos en mente.

Hay días en los que uno tiene ganas de dejar todo esto y pasar a otras cosas, otros días sigo agradeciendo a Patricio Guzmán que me contagiara ese amor por el cine documental que a tantos lugares me ha llevado.

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Luis Iborra Miralles

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