Este mes comenzó con la primera muestra del Festival Ícaro en Puerto Rico, que se celebró del 6 al 8 de noviembre en la Sala Beckett de Río Piedras. La misma trajo películas de Guatemala, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, México y hasta una colaboración entre Puerto Rico y Japón. Programada por el cineasta puertorriqueño Ray Figueroa, la selección fue variada; incluyendo cortos, largos, documentales y ficciones de diferentes estéticas y propósitos.
Unos días antes de las proyecciones, tuve la oportunidad de conversar con Figueroa quien me habló de la historia del festival, donde él fungió como programador por 10 años y de su experiencia como cineasta en Guatemala.
Jean: Explícame un poco que es el Festival Ícaro.
Ray: Después de la firma de la paz, en el 1996 en Guatemala, había un montón de trabajos audiovisuales desde reportajes, pietajes sueltos hasta pequeños documentales; cosas así. Fue una guerra civil de 30 años y miles de muertos y desaparecidos. Entonces, el Festival Ícaro nace como una muestra de todos estos trabajos invisibles durante los tiempos de guerra. Esa primera edición, hace ya 16 años atrás, fue en las universidades. Luego evolucionó de ser una muestra de los trabajos que ya se habían hecho de ser una muestra de trabajos nuevos, al principio, guatemaltecos.
Cuando comenzó el Ícaro, como no había una producción audiovisual seria, incluía reportajes, documental institucional, vídeo clips y casi todo lo que existía en ese entonces porque éramos un lugar para poder exhibir esos trabajos. El Ícaro sigue creciendo con estas muestras y la gente se interesa un montón, lo que hace que otros países quieran participar. Entonces se hacen las contrapartes del Ícaro que es casas productoras o casas de cultura en cada uno de los otros países centroamericanos. Ellos nos mandan sus películas y el Ícaro se convierte en el Ícaro Centroamericano.
Jean: ¿Cuándo fue que se expandió y sale de Guatemala?
Ray: Esto fue desde el tercer o cuarto año del Ícaro que ya empieza a recibir estos trabajos de los otros países y, además, comenzamos la muestra itinerante. Hicimos una competencia y con los ganadores y nominados se hacía una muestra que iba a cada una de las capitales de los países participantes.
Yo fui el programador desde el 2003, más o menos, hasta el 2013. Nosotros veíamos todo lo que llegaba de todos los países. Ahora, estamos hablando de una época donde todavía el audiovisual centroamericano estaba muy en pañales y entonces nuestro criterio se adaptaba a eso.
Jean: ¿Ustedes tenían una idea de incluir algo de cada país que sometería, aunque no les gustara tanto?
Ray: Claro, tenía que haber una representación variada para que se sintiera centroamericano.
Jean: ¿O sea, que ustedes no consideraban tanto a base de “calidad” sino de representatividad?
Ray: Al principio sí, era más sobre dar exposición. Pero con el tiempo, y eso es lo bonito del Ícaro, he podido ver la evolución del cine centroamericano. Entonces el hecho de que existía algo como este festival, donde uno compite, y por ejemplo uno ve lo que hizo el nicaragüense y uno se motiva para alcanzarlo. Entonces el nivel comenzó a subir.
Jean: Y en esa evolución que tú pudiste notar, con esa experiencia tan particular de ser programador, ¿cuál es el país que ha cambiado más en su cine?
Ray: ¡Guao! Lo que pasa es todos han cambiado mucho. Por ejemplo, cuando yo llegué a Guatemala en el 2001-02 la última película que se había hecho era 8 años antes El silencio de Neto (1994). No había nada desde entonces y de repente, para haber sido un país que estuvo tanto tiempo sin producir cine, ahora es un país que ha ganado San Sebastián y que tiene un cine que se reconoce.
Países como Costa Rica tienen un gobierno que apoya con un instituto de cine y ellos han ido creciendo sin parar. Donde los demás estaban en cero ya Costa Rica estaba en dos. Ahora los demás están ocho y Costa Rica llega al diez. O sea, ahí le han seguido metiendo. Tienen tremendos cineastas y tienen una escuela de cine muy buena. De hecho, sólo hay dos escuelas de cine en Centroamérica, la de Casa Comal en Guatemala y la de Veritas en Costa Rica.
Jean: ¿Y cuál de esas dos es la más antigua?
Ray: Hmm. No sé, lo que pasa es que la de Costa Rica es un departamento de cine dentro de la Universidad Veritas, que existe hace tiempo, y no estoy seguro cuanto lleva ese programa en particular. Pero más o menos deben tener la misma edad porque nosotros en Casa Comal tenemos unos 6 o 7 años.
Jean: ¿Y esas son las únicas dos en todo Centroamérica?
Ray: Había talleres y cosas así pero escuelas como tal sólo esas dos.
Jean: ¿Y eso se refleja en la calidad del cine en esos países?
Ray: Sí. Lo que pasa es que también se empezaron a ir muchos. Los estudiantes guatemaltecos, por ejemplo, van a Casa Comal o a Cuba porque muchos de nosotros tenemos relación con Cuba y estudiamos allá.
Yo creo que sí se ha notado un montón y lo he visto a través del Ícaro. Ver como países que no tenían cine ahora están haciendo muchas cosas. Países como Nicaragua que ellos, con la revolución, tenían un instituto de cine que respaldaba mucho el documental. Desde hace mucho tiempo tiene buenos documentales pero no habían hecho mucha ficción, o documentales largos, y ahora han sido anfitriones de cosas como Ibermedia y ya han estrenado largos.
Jean: ¿Cuáles son los países que oficialmente forman parte del Ícaro?
Ray: Nosotros tenemos todo Centroamérica: Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Panamá y Salvador. Estuvimos unos años en Belice pero se nos hizo difícil. Hicimos una muestra itinerante y la llevamos allá.
Jean: ¿Y ellos llegaron a someter?
Ray: De vez en cuando someten, pero hay poco. La última vez que yo fui a Belice había solo dos salitas de cine en todo el país. Ya todos los demás países dejaron de tener una muestra itinerante porque, como eran tantos trabajos y nosotros ya no teníamos abastos para ver todo, le dimos el poder a cada país para que enviara su selección ya programada. Nosotros le damos la muestra con los ganadores de las categorías internacionales y centroamericanas. Entonces cada país incluye todos los que fueron nominados de su propio país en sus respectivas programaciones.
Jean: ¿Y cómo ustedes reciben las películas internacionales, las que no son centroamericanas?
Ray: Hacemos una convocatoria anual y hay un comité que elige.
Jean: ¿Alguna vez han incluido algo de Puerto Rico?
Ray: Todos los años. Recuerda que yo era el programador. Yo llevé una muestra de Cinefiesta para allá, llevé Under my Nails (2012), llevé las películas de Rey Pascual. Siempre que había algo nuevo de Puerto Rico, lo metía en algún lado del Ícaro. No solamente estaba yo pero Freddie Marrero y Vilma Liella dos productores también puertorriqueños que fueron a trabajar en Casa Comal. Aunque yo estaba fuera, siempre traté de mantener un vínculo con Puerto Rico y de alguna manera poder lograr lo que estamos haciendo ahora, que es traer el Ícaro acá.
Jean: ¿Hubo un intento de traer la muestra a Puerto Rico antes o esta es la primera vez?
Ray: Ha habido intención, pero a veces o yo venía muy poco tiempo y realmente no se podía, o no estaba establecido aquí para tener la gente que me ayudara bien. Una cosa es ir, por ejemplo, a Nicaragua donde hay una infraestructura o una casa productora que se pueda encargar de eso. Hasta ahora, que yo estoy ahora aliado con La Beckett y con Rojo Chiringa pues hay un baqueo un poco más serio con la que puedo hacer esto pequeño que es la muestra. Pero la idea es que el año que viene ya podamos meter a Puerto Rico dentro de la competencia, que nosotros seamos uno de los países que tengan su propio Ícaro. Ya lo tenemos en República Dominicana, porque ahora se incluye ese país como Centroamérica.
Jean: Sí, yo he visto eso. También incluyen Puerto Rico y el resto del Caribe.
Ray: Entonces Centroamérica y el Caribe es una región muy nuestra.
Jean: ¿Y tienen trabajos dominicanos este año?
Ray: Sí, desde que los metimos siempre hay algo.
Jean: Antes me hablabas de que en Costa Rica tienen una escuela de cine, ¿eso es apoyado por el Estado?
Ray: Sí.
Jean: ¿Y la que establecieron en Guatemala también recibe ese tipo de ayuda?
Ray: En Guatemala acaba de abrirse una dependencia del Ministerio de Cultura para el cine. Pero eso fue este año que se abrió.
Jean: ¿Cuándo ustedes comenzaron eso no existía?
Ray: No había una institución para el cine. Costa Rica tenía. Honduras tenía una, pero estaba muy descuidada; tenían gente cobrando ahí pero no pasaba nada. Salvador no tenía. Nicaragua tenía para el tiempo de la revolución y luego desapareció.
Jean: ¿Eso es normal en el contexto de Latinoamérica en general, que el Estado apoye el cine de alguna manera?
Ray: Bueno, sí. En casi todos los países latinoamericanos donde hay una industria de cine. Argentina tiene el INCAA, que son los que meten el dinero, México tiene IMCINE, Bogotá tiene la ley de cine y también algo de un instituto de cine colombiano.
Yo recibía todos los años de parte del IMCINE una caja llena de DVDs para el Ícaro. De ahí yo seleccionaba, les informaba cuales y nos los enviaban de nuevo en Blu Ray. Era el gobierno que lo mandaba, no eran los realizadores que tenían que hacer ese trabajo, ¿me entiendes?
Jean: Según lo que me dices, la experiencia en Guatemala, donde ustedes de Casa Comal están basados, con apoyo del gobierno es bastante nueva.
Ray: El Ícaro es lo primero de nosotros, cuando se juntan Elías y Rafael. Una vez se establece el festival como tal, se organizan como una casa productora que es Casa Comal. Esto es en el 2000-01. El primer proyecto fue La Casa de enfrente que filmamos en el 2002 y lo hicimos por nuestra cuenta.
Eso fue también mi primer guion de largometraje. Yo me uní cuando salí de estudiar en Cuba. Primero fui a México, después a Venezuela y de ahí llegué a Guatemala.
Jean: ¿Y cómo conociste a esta gente de Casa Comal?
Ray: Yo los conocí cuando iban a presentar el proyecto de Casa Comal. Al principio iban a presentarlo en el Festival de la Habana mientras yo estaba en mi primer año en Cuba. Además de los que mencioné, también había dos en mi clase. Nos hicimos todos muy amigos pero después de ese encuentro ellos lo siguieron para allá y yo me fui para otro lado. Más adelante, cuando ellos estaban haciendo su película me llaman para que yo vaya y escriba el guion. Yo llegué pensando que iba estar tres meses pero me terminé quedando 11 años por allá en Guatemala.
Me metí en todo lo que es Casa Comal, en todo lo que es Guatemala y de repente mientras hacíamos la película ya tenía en mente lo que sería el próximo proyecto. Se los tiré y me dijeron “Vamos a hacerlo”.
Entonces eso fue la 2da película que hicimos que se llama Las cruces poblado próximo (2006), donde yo hice el guion y la asistencia de dirección. Es una película contextualizada en la guerra de Guatemala pero adaptada a Los siete samuráis (1954) de Kurosawa. Es la historia de unos guerrilleros y el ejército que viene a arrasarlos y todo eso. Y ya cuando estamos terminando esa, de nuevo estamos pensando en la vendría después, que se llamó VIP… La otra casa (2007). Esta fue la 2da parte de La casa de enfrente que había sido un éxito, una película similar al género de ficheras de México pero un poco más seria, que atrajo al público.
Jean: ¿Y cómo ustedes financiaron eso?
Ray: Gracias al gobierno noruego, que por mucho tiempo ha ido a Guatemala, entró y nos ayudó. Pero al principio fuimos nosotros mismos.
Jean: ¿Qué es lo que tiene Noruega?
Ray: Hay un montón de gobiernos primermundistas que dan ayuda a países en desarrollo como Guatemala. En el caso de Noruega, ellos estaban buscando promover lo cultural y cuando conocieron del proyecto de Casa Comal se interesaron. Lo vieron luego del éxito de La casa de enfrente, que más allá de la taquilla fue el éxito de ver a la gente reconocerse en el cine. De ahí surgieron otras películas, que no eran de Casa Comal, que han viajado fuera de Guatemala. Por ejemplo, se hizo otra que se llama Donde acaban los caminos (2004) y por ahí pa’ bajo siguieron saliendo cosas.
Nosotros como Casa Comal estábamos haciendo una película cada año y medio, más estaban todos los demás. Salió Melindrosa Films, de Julio Hernández que se ha convertido en el director más reconocido en el lado artístico.
En Guatemala ahora mismo hay películas desde las de Julio, que son muy personales, muy profundas, hasta películas de exorcismos y cosas así. Ha crecido la producción.
Jean: Antes de que saliste de Puerto Rico, para ir a Cuba y luego tener toda esta aventura centroamericana, ¿alguna vez tuviste la misma experiencia que tuvieron esos guatemaltecos, de verte representado en el cine de tu país?
Ray: Déjame ver. Yo antes de salir de Puerto Rico las películas que había visto de aquí eran… Ahora no se me ocurre alguna que haya visto en el cine. Yo buscaba algunas películas viejas como las de Jacobo Morales, la de Dios los cría (1979) o Nicolás y los demás (1986). Pero la que yo más me acuerdo cuando yo era chamaquito fue Héroes de otra patria (1998), que no me gustó o por lo menos no sentí eso de lo que estábamos hablando.
Jean: Yo tampoco, sinceramente.
Ray: Creo que eso tiene que ver mucho con que las películas que se hacían en ese tiempo hacían un intento de no serlo, ¿me entiendes?
Jean: De no parecer puertorriqueño.
Ray: Sí. La gente en esas películas no hablaba como boricua. Se lo achacaban a que eran actuaciones malas, pero no es que eran malas es que estaban haciendo este acento Univisión y por eso es que nosotros nunca nos podíamos identificar. Era tan lejos.
En algo más viejo como Nicolás y los demás sí lo había. Me acuerdo que cuando la vi sentía más lo genuino, aunque también se iba a veces en sus tangentes. Igual se podía sentir.
Luego cuando regresé acá, la que me llevé de Guatemala desde que volví a Puerto Rico fue Mi Santa Mirada (2012). Esa me gustó mucho. Me pasó con otras cosas que vi de Cinefiesta y con largos como Under my Nails que, aunque es en inglés, no está tratando de copiar un imaginario externo.
Jean: Esa es en inglés y en español porque ocurre en New York, pero sí tiene mucho de Puerto Rico en cómo se expresa la película.
Ray: Exacto, es simplemente «somos nosotros». Yo he tenido esa reacción más con el cine que se está haciendo ahora.
Jean: Y eso también es el fin con lo del Ícaro, ¿no? Que cada uno de estos países se puede ver a sí mismos.
Ray: Claro.

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